UN ATLAS QUE NO CESA

Rosalia Banet, Paula Rubio y Elvira Smeke
Desde el 23 de Abril al 19 de junio de 2021
En 1924 el historiador del arte Aby Warburg inicia una de sus obras más importantes, el “Atlas Mnemosyne”, una recopilación de miles de imágenes que se relacionan entre sí como una cartografía abierta, a  partir de sus representaciones, sentidos, nuevos léxicos visuales. Este ejercicio de analogías infinitas a través de las imágenes reivindica el lugar de la imaginación como motor para nuevas ideas, nuevas relaciones. Warburg evoca, de alguna manera, un cuerpo infinito, que no cesa, que siempre está creciendo, que está vivo. Esta exposición en Llamazares Galería presenta los trabajos de tres artistas mujeres, Elvira Smeke (Ciudad de México, 1978), Paula Rubio Infante (Madrid, 1977) y Rosalía Banet (Madrid, 1972) cuyo corpus de investigación se mueve desde la posibilidad poética a partir de la represión hasta el feminicidio. Un atlas de imágenes que abordan, de manera amplia, cómo los cuerpos conservan el rastro de la violencia. Sin embargo, no hay aquí un excesivo dramatismo, todo lo contrario. Las tres parten de cuestiones de resistencia y supervivencia para traer al campo visual una poética de la resiliencia, de la redención.
Paula Rubio Infante se adentra en la dicotomía libertad/represión en el proyecto “Los duendes duermen en su pequeño palacio”. Partiendo de los dibujos realizados por un interno del Hospital Psiquiátrico de Carabanchel entre los años 70 y 80, recupera la técnica tradicional de fabricación de vidrieras otorgándoles un nuevo significado estético. Si las que existieron originalmente tenían un contenido religioso y se podía ver bajo la gran cúpula central de la estructura panóptica de la cárcel, Rubio Infante elabora ahora una nueva iconografía donde las figuras protagonistas surgen de esos dibujos donde la idea misma de creación parte de un interno, en un diálogo entre la artista y él, un homenaje y recuerdo convertido en espacio de la memoria. Un trabajo donde la construcción de la identidad se ve atravesada por cómo funcionó, en este caso, la institución penitenciaria. Por su parte, Elvira Smeke nos invita a entrar a esos lugares privados que el año pasado, en pleno confinamiento, se volvieron más públicos e importantes que nunca. Jugando con un estilo más naif intencionadamente, Smeke recrea, en “Blue paintings”, esos momentos de soledad, desnudez y rutina que ahora, con la luz de 2021, cobran otro significado. La importancia que lo personal tiene de político se convierte aquí en protagonista, los espacios de cotidianeidad que también esconden violencia. Además, Smeke ha trabajado siempre con una perspectiva feminista en todas sus obras, como vemos en la instalación “365 hojas, 365 mujeres”, en este caso trasladando la denuncia de lo personal y privado al espacio público, al compromiso social: cada día desaparecen 7 mujeres en México; la mayoría no vuelven a aparecer. Esta pieza vuelve la vista al recuerdo, a través de la costura y el bordado, como actividades con una tradición centenaria asociada a las mujeres. La obra está realizada con 365 hojas y, en cada una de ellas, se ha bordado el nombre de una víctima de feminicidio en México. Smeke nos obliga a tomar posición, a no quedarnos en silencio ante la violencia de un sistema patriarcal que asesina a las mujeres y que atañe a toda la sociedad. Por su parte, Rosalía Banet profundiza en “Homo humus. Return to nature” en temas que siempre ha abordado en su práctica artística, como son los mapas y las cartografías corporales y físicas, y la delgada línea entre el sufrimiento y la piel como límite del cuerpo interior/exterior. “Homo” (hombre) y “Humus” (tierra) provienen de la misma raíz latina, hombre de la tierra, ya desde su origen queda reflejado la relación de lo humano con la naturaleza, de la que es parte. Los seres humanos no somos ya entes individuales, sino que vivimos atravesados por múltiples intersecciones que nos definen tanto en nuestra corporalidad como en nuestra identidad más sutil. Este proyecto reflexiona sobre la destrucción de nuestro hábitat y al mismo tiempo sobre la deshumanización de las sociedades contemporáneas, hechos profundamente relacionados entre sí, que son consecuencias de un mismo alejamiento de nuestras raíces, de la pérdida de la esencia, del desapego al mundo físico. ¿Hasta dónde llegamos como animales humanos y animales no humanos? ¿Dónde se establece el límite entre lo salvaje de nosotros y lo humano de los demás? Esta es una exposición que reúne a tres artistas mujeres cuyos trabajos nos cuestionan individualmente, a cada uno y cada una en nuestro territorio de comodidad. Este atlas que no termina habla de cuerpos, de mujeres, de represión, de emergencia ecológica, de antropoceno pero también de resiliencia, de memoria, de feminismo, de belleza y de acción. Esta exposición en Llamazares Galería refleja la fuerza de las artistas para hablar de las cuestiones que nos preocupan como sociedad y devolvernos la pregunta, ¿qué hacemos cada uno de nosotros para transformar el presente y construir un futuro más justo?

Exposición realizada con la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte

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